martes, 7 de septiembre de 2010

Pseudo reporterismo de guerra

El reporterismo de guerra se ha convertido para muchos en una especie de deporte extremo para su propio ego codeándose con los que realmente creen en ello; en vez de jugarte la vida en los rápidos haciendo rafting, queda mas cool ir a Afganistán o Haití con una 5D, y además traerte recuerdos. ¿Estamos Locos? ¿O es que me cuesta ver el cambio?


Últimamente veo con no cierto asombro, que para lo que algunos significa la búsqueda de la dignidad humana y la denuncia hacia nuestra condición de seres humanos captando imágenes para forzar al mundo a no quedarse ciego dentro de una cultura de bienestar social, otros lo que hacen es aprovecharse de esa cultura del estado de bienestar para practicar lo último en actividades extremas, si antes lo mas guay era dejarse deslizar y dejarse la cabeza en unos rápidos en el Cañón del Colorado haciendo estallar los sentidos con adrenalina pura, ahora para muchos lo mas cool es sentir lo mismo poniéndose unas gafas de pasta, una especie de gorrete a juego con el foulard de temporada y enseñar los trofeos en forma de fotografías después de haber visitado en plan turismo alternativo alguna población castigada por ciertas injusticias tanto naturales como humanas para no cierto regocijo de ego personal. Mi asombro llega aun mas lejos cuando me enteré que en ciertos foros desde los EEUU se realizaban talleres fotográficos aprovechando las desgracias acaecidas este año en Haití, ¿Hasta donde estamos dispuestos a llegar? ¿Podemos ser aun más cretinos con la otra mitad del mundo? Estoy seguro que antes también se hacia, pero las modas son las modas, y nunca antes el mundo ha estado tan globalmente comunicado, la suma de vuelos baratos, infraestructuras sencillas y competición ego centrista ha creado una especie de sin control pseudo intelectual, por otra parte quiero pensar que de todo esto siempre existe algo positivo como que gracias a lo antes mencionado alguien sea capaz de despuntar tanto humana como éticamente y nos abra los ojos con sus imágenes y crea realmente en el servicio que presta su vocacional y no por ello menospreciado trabajo.

1 comentario:

  1. Terrible. Ir a Haití (o ahora quizá Libia) debería ser el fruto de un duro trabajo y ser por tanto una oportunidad de oro para un fotógrafo vocacional, pero nunca una opción turístico-formativa. De locos.

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