He de reconocer que el mundo de la fotografía y el de la noche, siempre han estado muy ligados (nunca mejor dicho) pero lejos de aquellos tiempos del Nueva York del Studio 54, donde toda la plebe y la fama se juntaban para hacer de la noche una alevosía de frenesí e improvisado atrezzo fotográfico, existe hoy por hoy verdaderas hordas de foteros de conciertos varios… bueno conciertos clásicos no claro, esos suelen ser tempranitos, a lo que iba, conciertos varios, sí, de esos de talante alternativo.
FOTO: © Ferran Mallol. |
Gracias a Dios o al sensór Bayer la fotografía digital hace que los automatismos fluyan acercándote al instante decisivo; y claro, en este mundo cociertístico se juntan la magia de la noche, la captura inmortal y la autentica orgia de luces de colores con un sonido que te resuena en lo mas profundo de tu ser. Esta amalgama de sensaciones sin contar alguna que otra copa resulta auténticamente perfecta para un arte que se cuece entre chips y circuitos, tiempos “A” Jim Marshall se las veía y se las deseaba captando las mejores instantáneas de cualquier concierto que cayese en sus ópticas, pues con este escrito quiero homenajear a estas grandes figuras que congelaban momentos de éxtasis y sentido, la dificultad de captar ese momento entonces era increíble e impredecible, las luces a todo trapo dentro de la oscuridad plena, hacia que te volvieses loco fijando rápidamente un diafragma o una velocidad para que apareciese en un momento oportuno el punto verde que te diese paso a la mas gratificante imagen posible, lo vi con mis propios ojos y lo sufrí con mis propios dedos, había que sumar que el enfoque era manual y la sensibilidad fija, como mucho a 3600 ASA de la especial neopan (vaya granazo te sacaba), me acuerdo que observaba y copiaba ese metodo de manejar, con un dedo el enfoque, con otro mover f’s, con otro velocidades y con otro cargar y disparar, con el que disparabas, el dedo medio apretando el disparador para ver si sub exponías o sobre exponías y todo esto pensando en cargar otro mísero carrete de 36 oportunidades.
FOTO: © Ferran Mallol. |
Ahora me alegro de la existencia de esta nueva tecnología que hace que esta reciente hornada de fotógrafos (permítanme que me incluya a pesar de los años que llevo pues siempre aprendo de todo y de todos) aproveche esta cierta magia para devolvernos imágenes de puro color y contraluces artísticos, nunca fue tan fácil captar en esas circunstancias, de ahí estas masas deseosas de afotear en la noche, solo espero que gracias a esto siempre aparezca un sonado talento que nos deleite con sus instantáneas y que no solo se dedique a llevar unas gafas de pasta y botines Adidas, colgar su foto de perfil en plan crápula en el Face, afotear todo lo que vea con el I-phone filtrando con el Instagram, e ir de guays por la vida porque queda muy cool ser el puto amo del cotarro porque eres el crack de los “me gusta” en tus facefotos, (que de estos hay muchos) jactándose de entrar por la jeta a las discos, y asegurando que aparte del camarón de la isla que le regalo su papi tiene una Nikon fm2 por eso de quedar snob en plan lomo y que no se atreve a sacar para este tipo de fotos, vamos por probarlo.
FOTO: © Ferran Mallol. |
En fín, no solo de técnica vive el hombre, déjenme disfrutar ahora de estas fotos y de poder captar esos momentos de fantasía e ilusión musical pegado a muchos de estos “compis” que disfrutan deleitándose viendo ya sus fotos en sus pantallas, detrás de cada uno de ellos veo a un posible Jim Marshal, su ilusión, mi ilusión me hace crecer y aprender y he de decir que existen grandes fotógrafos y colectivos profesionales asociándose a agencias que se han hecho un nombre y nos hacen disfrutar de extenuantes momentos decisivos que siguen siendo igualmente tan difíciles como los de antes.
Aun así la vida seguirá teniendo fotógrafos que luchan por darnos imágenes crudas de las injusticias y la maldad humana aunque no sea cool ni venda y se hunda en la más pura de las tristezas porque eso no vende.
fotografía musical. COLECTIVO ANGUILA.
fotografía musical. COLECTIVO ANGUILA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario